viernes, 26 de febrero de 2016

Muchos colores.


Redactado el 21 de Enero de 2016.

Empezaron siendo días, que en conjunto formaron meses. La vida siguió su curso y con ella, yo. Seguí siendo la misma, seguía viendo, notando los detalles y aun cuando la inspiración llegaba nada me parecía "tan bueno" como para sentarme a escribir, puedo asegurar que todo era parte de un proceso interno llamado: la crisis de los 25. 

Hoy salí tarde de la oficina y tuve que hacer una parada obligada en office depot, estaba viendo mi teléfono mientras esperaba que engargolaran mis pendientes cuando un señor se acercó y mientras tomaba mi mano, dijo:-¿Estás bien? te ves muy preocupada- A lo que respondí que estaba todo bien, traté de evadirlo pero siguió platicando como mi estado de ánimo influía en cómo veía la vida, si era positiva todo iría bien y si era negativa todo iría mal... lo cual desborda lógica. Siguió hablando un poco de mi " evidente preocupación" y de como podría tener una enfermedad terrible si yo pensaba que la tenía y fue ahí cuando llamó mi atención:
- ¡ESCUCHA BIEN QUE TE LO DICE UN SEÑOR DE 80 AÑOS!

Me preguntó que estudiaba, le platiqué que acababa de terminar arquitectura y siguió -¿te gusta?- a lo que respondí lo que el mundo entero sabe: -sí, pero no siento que arquitectura sea todo lo que quiera hacer en la vida- y fue ahí, en office depot a la hora exacta cuando todo encontró su lugar.

-Cuando eras una bebe estabas sentada mientras veías a todos pasar a tu alrededor, ellos podían ir a donde quisieran y tú tenías que esperar a que alguien viniera por ti, te cargara y te llevara a donde ellos querían, cuando aprendiste a caminar ¿fue porque tú quisiste?
-Sí, claro.
-Te ponías de pie y elegías tu rumbo, a veces tenías que saltar para alcanzar a ver las cosas o ponerte de puntitas y muchas veces te caíste ¿verdad?... ¿estudiaste arquitectura porque tú quisiste?
-Sí, claro
-¿Has visto como nacen las mariposas? - a lo que asentí con la cabeza - ¿has visto como de ser gusanos, se cuelgan en los árboles de cabeza y cuando las tocas se mueven pidiendo que las dejes en paz, para después salir y poder ver todo desde arriba?
-Si...
-Ese es JUSTO el proceso por el que estás pasando, elige las alas que más te gusten y después dirígete en la dirección que tú decidas y cuando ya estés ahí algo más llamará tu atención ¡síguelo!. Piensa en ti, en lo que tú quieres lograr, tú eres lo más importante que tienes -para ese momento no había nada que pudiera responder - ¿cómo te llamas?
-Emma.... Carretero -titubee viendo como esperaba más, concluí- ... Larrea.
-¡ESO! acostúmbrate a seguir, una vez que tengas la palabra ¡sigue! un arquitecto es una persona que decide abrir la puerta a la creatividad, en el momento que la cierres dejarás de serlo y no olvides que ser arquitecta es algo que TÚ decidiste. -seguí viéndolo tratando de entender porque me decía todo esto- Yo también soy arquitecto y cuando terminé entendí que Arquitectura era sólo el comienzo, antes estudié Ingeniería Civil y después Ingeniería Eléctrica, soy D.R.O., tengo maestría en valuación y varias especialidades y diplomados... Emmita cuando tengas tus alas no dejes de moverte hacia donde quieras ir ¡MIRA! - tomó un bonche de hojas y señalo la portada- ¿qué dice ahí?
-PROCESO  PENAL...... ¿también eres abogado? 
-Estoy por recibirme Emmita y si me permites darte un consejo:


  Llena tus alas de colores ¡muchos colores! .


jueves, 5 de noviembre de 2015

¡Ordena tu clóset!


Suena a lo que TODA MAMÁ pide de vez en cuando pero el año pasado decidí darle un giro pequeñito… 

No se en que momento se volvió parte de nuestra rutina diaria decir "no gracias" a las personas que piden ayuda en los semáforos, ni siquiera entiendo por que damos gracias ¿así de buenos somos que agradecemos nos den la oportunidad de ser "buenos samaritanos"?

En mi camino a la escuela había siempre una mamá con 2 niños chiquititos y #sorrymom ellos fueron los que me inspiraron a limpiar mi clóset, pero esta vez separé suéteres y sudaderas, las metí a la lavadora, las puse en bolsitas y las subí al carro, de verdad no me tomo mucho tiempo; se convirtieron en mi copiloto por algunos días hasta que llego el momento de despedirnos.

No creo que sea necesario explicar lo que sucedió después pero si lo que una sonrisa y un sincero "gracias" significó para mi; hace poco leí un artículo de personas INCREÍBLES, el simple título lo dice todo: “Estas equivocado cuando piensas que ya no puedes cambiar el mundo” , al final tiene una frasecita que me hizo recordar y querer contagiarlos / invitarlos / motivarlos con esta historia:

"OFREZCAMOS LO QUE PARA NOSOTROS SIGNIFICA POCO O NADA, QUE PARA OTROS LO SERÁ TODO".

Así que hoy me uno a la súplica de tu mamá y te pido que limpies tu clóset, nunca sabes en donde puedes encontrar un mejor dueño para ese suéter. 


martes, 13 de octubre de 2015

C-Á-N-C-E-R.


Esa palabra a la que todos le tenemos respeto hace honor a una enfermedad que me ha enseñado más de lo que alguna vez hubiera pensado.

Hace algunos meses compartí por primera vez una de mis teorías mas personales “QUE PADRE MORIR DE CÁNCER” y la cara de todos fue, muy probablemente, como la tuya ahorita.

Cuando iba en Kinder le detectaron cáncer a mi amiga, nuestros papás han sido amigos desde la universidad y para mi siempre han sido parte de la familia; me acuerdo que cuando me dieren la noticia íbamos en el coche, estaba lloviendo y era de noche. Al principio no entendía de que me hablaban pero en pocos minutos y a esa corta edad tuve que entender la gravedad que arrastra una palabra de tan solo 6 letras que probablemente no sabía ni escribir.

Era muy difícil asimilar todo, los doctores daban un panorama muy poco favorecedor, pero en contra de la ciencia vivió mucho más de lo pronosticado; cada fiesta de cumpleaños era una celebración en grande y cada cirugía una despedida, su historia estuvo llena de coincidencias que prefiero llamar como diría mi mamá: Diosidencias. 

Cuando ya estaba muy grave, me esmeraba por hacerla jugar y el día en que falleció entendí lo que significa... mi mamá me decía que ahora era mi “angelito de la guarda”. No tengo idea de lo que mi amiga sentía... no se si a esa edad lo puedes entender, pero se que siempre fue muy valiente y madura, que a todos nos demostró las ganas de vivir y aprovechó cada día al máximo, jamás la vi quejarse, al contrario, siempre sonreía.

En una ocasión escribió una carta a Juan Pablo II (que consistía en su mayoría de dibujos) y le encargo a unos tíos que la llevaran al Vaticano durante su viaje. Ellos cuentan que entraron, caminaron y caminaron hasta que llegaron al escritorio de su secretario y ahí la pudieron dejar... nadie los detuvo. Días mas tarde en las noticias salió la visita del Papa a un hospital de oncología por que le había conmovido la carta de una amiguita Mexicana y semanas después, el día de su primera comunión, recibieron 2 cartas, una para mi amiga y la otra para sus papás. Remitente: Ciudad del Vaticano.

Y por eso digo “que padre morir de cáncer” porque tienes oportunidad de despedirte de todos, de decir las cosas que guardaste, de hacer las cosas que nunca te atreviste, de aprovechar cada día, de festejar en grande cada cumpleaños porque la ciencia te hizo saber que los podrías tener contados, AUNQUE EN REALIDAD TODOS LOS TENEMOS CONTADOS pero la gran mayoría damos la vida por sentado, ojalá todos hiciéramos caso a la frase “vive como si te fueras a morir mañana" y exprimiéramos el hoy, para hacer que las cosas imposibles sucedan.

Creo que todos conocemos a algún sobreviviente de esta enfermedad, yo en lo personal siento una gran admiración por cada uno, por su valentía, por su lucha, por su crecimiento personal y podría escribir sinfín de cualidades, pero la más grande es: por el nuevo sentido con el que ven la vida y las ganas tan grandes de, en realidad, vivirla.

Muchos recordamos a Fátima como hija, hermana, amiga; pero de cualquier manera marcó nuestras vidas, Ella siempre supo que su lugar era allá arriba; gracias por ser nuestro rayito de luz, nuestro cachito de cielo. 






lunes, 28 de septiembre de 2015

¿a qué le tienes tanto miedo?


Le tienes miedo al rechazo, al dolor, al sufrimiento, al ridículo, a cometer un error, a perder a alguien cercano, ¿Tienes miedo a ser tú? pero se nos olvida.

Le tienes miedo a la muerte, a expresar tus sentimientos, a estar en el lugar incorrecto a la hora menos deseada ¿tienes miedo a no alcanzar a despedirte? ¿al fracaso, a decepcionar a los que están cerca? pero se nos olvida.

Se nos olvida que todo lo que sentimos es parte de algo más grande que a veces no podemos concebir, que cada momento influye, que cada decisión conlleva a algo inimaginable, que hoy podemos respirar, que hoy podemos hacer lo que sea que no haga felices, que el éxito no es más que el resultado del constante ejercicio de intentar y fracasar, intentar y fracasar. Se nos olvida que la muerte es parte de la vida.

Se nos olvida disfrutar de un buen café por la mañana, sentir el aire frío chocar con nuestra nariz, estirar nuestros músculos y caminar, para después ver el sol salir mientras vamos a nuestro trabajo, se nos olvida decir buenos días, se nos olvida voltear al cielo, se nos olvida decir te quiero... 

Se nos olvida cerrar los ojos y soñar por un rato, sentarnos en un columpio a platicar historias del pasado, escuchar la lluvia chocar con la ventana, devolver esa llamada, hacernos cargo del "ahorita" que prometimos hace algunos días, se nos olvida pedir el postre, escuchar nuestra canción favorita, imprimir las fotos que vale la pena sentir entre tus manos, se nos olvida sonreír… y entre todas esas pequeñas cosas que creemos no tienen mayor importancia se nos olvida también vivir. 

Se nos olvida que el miedo es una sensación extraña, que minutos después encontrará una mejor definición, a veces decepción, a veces alegría, enojo, tristeza.. y a veces seguirá sin tener una palabra que la pueda definir.

Se nos olvida recordar que cada momento es una nueva oportunidad, se nos olvida que, a veces, olvidamos las cosas que más vale la pena recordar y otras veces nos exigimos tanto que se nos olvida, que debajo de todo ese esfuerzo por ser quien no somos, por disfrutar las cosas que no nos hacen felices, estás tú.




lunes, 21 de septiembre de 2015

Ardillas, ardillitas


Cuando todavía era una niña mi abuelito sufrió un infarto cerebral, la mitad de su cuerpo quedó paralizado y junto con esto se fueron también muchas memorias y acciones; usualmente cambiaba las palabras, era común que nos dijera que se le antojaba tomar un carro sin azúcar. 

Un día recibí una llamada muy temprano, mi abuelito estaba internado y mi papá quería que lo acompañara, Él sabía que era mi adoración.

Después de manejar muchas horas llegamos al hospital y corrí a encontrarlo, puedo asegurar que se emocionó al verme definitivamente no porque fuera su consentida, sólo que tenía conectados los sensores que indican el ritmo cardiaco y su corazón empezó a latir mas rápido; lo abrasé y me dijo, con mucho trabajo y paciencia, que iba a estar siempre ahí -señalando el corazón rosa de mi sudadera- y empece a llorar… segundos después se rió un poquito y me dijo “Ay mira, se me salió una ardillita” refiriéndose a una lagrima. 

Es curioso como relacionamos objetos con sentimientos, lugares y aromas con recuerdos… La mitad de este año viví en una ciudad en la que literal compartía las banquetas con ardillas y creo que al fin entendí mi extraña emoción al verlas pasar corriendo enfrente de mi. 

Deja de buscar felicidad en objetos materiales,  normalmente puedes encontrarla en las cosas mas simples y cotidianas.